Dr. José Antonio González*
La muerte el 4 de abril de este año de Luis Eduardo Aute, ha significado el apagón de una de las voces más importantes-y referente- de la canción que surgió en España, como expresión contestaria- de protesta, llamamos en América Latina- en la década de 1960. Fue a diez años del colapso del franquismo, con la muerte de Francisco Franco, en noviembre de 1975, donde se comenzó a gestar un movimiento de cantantes que, por una u otra razón, solidarizaban con la revolución cubana, con la demanda de la apertura de derechos civiles en la propia España autoritaria, etc. No fue un comienzo fácil. El control estatal de las empresas disqueras, del control de la TVE, de la vigilancia de los establecimientos donde pudiese brindar algún concierto, hizo escabroso el difundir una canción con letras muy referenciales. Hubo que acudir a metáforas, licencias poéticas, que, además, puso otro obstáculo: no todos (as) podrían comprender el significado de lo que se manifestaba.
Luis Eduardo Aute, compuso su canción “Rosas en el mar”, en 1966, como un homenaje a la Revolución Cubana, que la letra de la canción no recoge directamente sino que, se debe hacer una suerte de prestidigitación para lograr captar el sentido:
“Voy buscando un amor
Que quiera comprender
La alegría y el dolor
La ira y el placer
Un bello amor sin un final
Que olvidé para perdonar
Es más fácil encontrar
Rosas en el mar
…………………
Voy pidiendo libertad
Y no quieren oír
Es una necesidad
Para poder vivir
La libertad, la libertad
Derecho de la humanidad
Es más fácil encontrar
Rosas en el mar”.
La interpretó una joven cantante, Massiel en la película Codo con codo, en 1967. Y Massiel, declararía años más tarde, que viajó a Cuba en 1966 cantando gratis “para conocer la revolución. De ahí la leyenda de Rosas en el mar”. Aute, lo confesaría en el periódico El País, que era en homenaje a la revolución cubana. No lo pudo plantear en su momento, dadas las circunstancias. Después compuso “Aleluya N°1”, donde unas estrofas son significativas:
“Una lágrima en la mano,
Un suspiro muy cercano,
Una historia que termina,
Una piel que no respira,
Una nube desgarrada,
Una sangre derramada,
Aleluya.
La razón de la locura,
Una luz de luna oscura,
Unos ojos en la noche,
Una voz que no se oye,
Una llama que se apaga,
Una vida que se acaba,
Aleluya”.
Canción que también hizo famosa Massiel [Massiel cassette, Serdisco, Madrid, 1984]. La consecuencia ideológica de Aute con la revolución cubana, quedó a firme con sus actitudes posteriores a la muerte de Franco. Su primer concierto en 1978 lo verificó en la sede de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo), una de las centrales obreras del anarco-sindicalismo hispano, donde incorporó a su repertorio la canción “Rosas en el mar”, “Aleluya N° 1”, etc. Posteriormente, entabló nexos fraternales con la Trova cubana, especialmente con Silvio Rodríguez, con quien realizó el único tour musical, “Mano a mano”. En 1984 realizó un gran concierto con Silvio Rodríguez, Joan M. Serrat, Pablo Milanés, Teddy Bautista, recogido en Luis Eduardo Aute Entre Amigos [Dos longplays, Fonomusic, Madrid, 1984].
El caso de Víctor Manuel es más complicado. En 1966, en el sello Belter, el cantante asturiano grabó la canción “Un gran hombre”, donde una estrofa refiere:
“Hay un país que la guerra marcó sin piedad.
Ese país de cenizas logró resurgir.
Años costó su tributo a la guerra pagar.
Hoy consiguió que se admire y respete su paz.
No, no conocí el azote de aquella invasión.
Vivo feliz en la tierra que aquél levantó.
Gracias le doy al gran hombre que supo alejar esa invasión que la senda
venía a cambiar”.
El himno era en homenaje a Francisco Franco. Víctor Manuel, un cantante militante tiempo después, le costó reconocer la autoría de la canción, hasta que la confirmó [El Mundo, Madrid, 28 febrero 2007].
Durante la transición hacia la democracia, Víctor Manuel grabó fuera de España, en 1978, una canción que trazó de modo crítico el régimen de Franco y nos refiere de su desilusión por la salida monárquica. Víctor Manuel todavía, en aquellos años, es un adherente al Partido Comunista de España, ya enfilado bajo la dirección de Santiago Carrillo hacia las tesis del Eurocomunismo. La canción de Manuel “Canción de la Esperanza” refiere:
“Tanto imaginarnos una muerte digna en ti,
Y tú salpicabas la pared.
Fuimos una oreja, un latido, un transistor,
Mientras salpicabas la pared.
Esperábamos con miedo la ruptura, tú, bien sabes el porqué.
Cuántas gentes no dormían en sus casas, tú ya sabes el por qué.
Siempre sospechamos que la vida no eras tú,
Tú la vieja historia fantasmal.
Eras la costumbre, la pistola y el altar,
Un espejo roto en el desván.
………………………………………
Era casi fácil rebelarnos contra ti,
En el sindicato, en un papel
Toda la política se hacía contra ti.
Eras el resumen a vencer.
Ahora todo es más complejo todavía lo difícil es crecer
Y aceptar que otros decidan por tu cuenta con el voto que les des.
Siempre había soñado que se irían de una vez,
Nunca había soñado con un rey.
……………………………………………
Que no cese la esperanza acorralada con un voto,
No cambiamos casi nada
Que no cese la esperanza acorralada muerto el perro,
No se fue con él la rabia” [Víctor Manuel. Soy un corazón tendido al sol. Longplay. Estudios Grs, Milán, noviembre 1978].
En 1981, tomando unos versos de Blas Otero escribió la letra de la canción “España camisa blanca de mi esperanza”, que grabó su mujer Ana Belén:
“España, camisa blanca de mi esperanza,
Reseca historia que nos abraza.
Paloma buscando cielos más estrellados,
Donde tendernos sin destrozarnos,
Donde sentarnos y conversar.
España, camisa blanca de mi esperanza
A veces madre y siempre madrastra”.
[Ana Belén / Víctor Manuel, Nuestras 30 mejores canciones. 2 compact disc Sony Music, España, 1999].
Como se puede apreciar la canción contestaria en estos cantantes difiere de lo que fue el contenido y musicalidad en América Latina. El eje está centrado, en Aute en la asfixia existencial de la falta de libertad, más allá de su adhesión a la causa de la revolución de Cuba, y en Víctor Manuel, en la decepción de la solución política y en la amargura de España, después de la transición.
En Joan M. Serrat, podemos encontrar una dualidad. La significación de recuperar el poemario de Antonio Machado, uno de los más brillantes poetas de la generación del 98 y referente de la causa republicana, desde 1931, hasta la guerra civil que enlutó el territorio hispánico. Aquello supuso una toma de posiciones ante la ideología nacional-católica que permeó el suelo de España bajo Franco. La otra postura, fue plantear situaciones disonantes con la moral oficial o contextualizar una canción en el marco de la sucesión monárquica en España. Su cancionero, además de serle prohibido cantar en catalán- el idioma oficial era el castellano bajo Franco- se encauza en una postura disidente de la norma, sin entrar en las condiciones sociales o en el sistema político. Recordemos que era Serrat quien debía representar a España en el Festival de Eurovisión de 1968 pero al insistir en cantar en catalán, fue reemplazado por Massiel, quien ganó con la canción “La, la, la”. En 1977, evocaría Serrat en TVE que su gesto fue por solidaridad con la cultura catalana que vivía una represión feroz. Aun cuando, sus contemporáneos de aquella postura, recordarían que Serrat no era un nacionalista catalán y su actitud se leyó entonces como antifranquismo. Algunos lo ubicaban en el Partido Socialista de Cataluña (El Español, Madrid, 1 de abril del 2018). Que no era nacionalista independentista se confirmó en el año 2019 al rechazar la causa independentista catalana, pero eso es harina de otro costal.
Serrat grabó en 1970 dos canciones “Fiesta” y “Muchacha típica” (una de mis preferidas), que fueron censuradas por el régimen. En la reedición de su discografía en el año 2000, Serrat incorporó las dos versiones: la que conocimos con censura y tarareamos en su oportunidad y la que él compuso originalmente. Son matices, en el caso de “Fiesta”, de talante moral por el lenguaje empleado. La canción “Fiesta” señala lo siguiente, en cursiva lo censurado.
“Gloria a Dios en las alturas
Recogieron las basuras
De mi calle ayer a oscuras
……………………………………..
Como comparten su pan
Su tortilla y su gabán
(su mujer y su gabán)
……………………………….
Empapados en alcohol
Abrazando una muchacha
(magreando una muchacha)
Se despertó el bien y el mal
La pobre vuelve al portal
La rica vuelve al rosal
(la zorra pobre al portal
La zorra rica al rosal).
La palabra magreando, significa manosear a una mujer con intenciones sexuales.
En cuanto a la canción “Muchacha típica”, cuya censura sobre algunas expresiones fue motivada por el significado político. Al punto, cabe acotar, brevemente algunas explicaciones.
Los monarquistas españoles estaban divididos, entre los tradicionalistas, seguidores de D. Juan de Borbón, padre del futuro rey Juan Carlos I, y los adictos a Franco, que barajaban la solución monárquica, precisamente en el futuro rey, celador del régimen surgido después de la guerra civil.
El Conde de Barcelona, padre del futuro rey, había redactado un manifiesto en Estoril, el 7 de abril de 1947, rechazando el proyecto de Ley de Sucesión que Franco había remitido a las Cortes. El Caudillo de España, por la Gracia de Dios, como rezaba la propaganda oficial, deseaba educar a Juan Carlos en los lineamientos del Movimiento Nacional- escribe Ricardo de la Cierva, en Historia del Franquismo. Aislamiento, transformación, agonía (1945-1975), Madrid, 1979- cosa que hizo. En este contexto, se debe entender algunas locuciones de “Muchacha típica” (en cursiva lo censurado):
“Es esa muchacha típica
Cuya familia es la típica
Familia “bien” del país
……………………………….
Como su madre es autárquica
Como su padre, es monárquica
Y cada 14 de abril
Se les resbalan dos lágrimas
Vueltos los ojos y el ánima
A las costas de Estoril”.
La mutilación es absoluta a todo lo que haga alusión a la otra “opción” monárquica, que reside en Portugal.
Registremos que la empresa discográfica SERDISCO de Madrid acopió en 1981 “Joan Manuel Serrat. Álbum de Oro”, un estuche con cuatro cassetes, todavía las versiones de “Fiesta” y “Muchacha típica” se escuchaban con la censura impuesta. Recién en la edición de EMG MUSIC SPAIN del año 2000 del C.D. “Joan Manuel Serrat”, se pudo conocer las dos variantes de las canciones.
Era un comentario, que queríamos compartir, sobre tres cantantes notables de la península hispánica, en una veta un tanto desconocida de su repertorio.
La razón de la locura,
Una luz de luna oscura,
Unos ojos en la noche,
Una voz que no se oye,
Una llama que se apaga,
Una vida que se acaba,
Aleluya.
Sombras sobre luces
En la clara oscuridad
De este mundo absurdo
Que no sabe adónde va,
Aleluya, aleluya, aleluya.
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*Académico de la Escuela de Derecho UCN Antofagasta.