Cristián Delpiano
Profesor de Derecho Internacional Público
Director (i) del Centro de Estudios en Derecho de los Recursos Naturales
El año 2016 nos ha dejado tres grandes sorpresas democráticas a nivel mundial: el triunfo de la opción para que el Reino Unido abandone la Unión Europea –Brexit-, el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, y el triunfo popular de la opción NO al Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC. ¿Qué nos dicen estos resultados? ¿Estamos frente a un nuevo paradigma en la democracia? Es cierto que las situaciones en cada caso son diferenciables la una de la otra. No se puede pretender que la misma razón para que Donald Trump haya sido elegido en Estados Unidos sea la que haya motivado a que se vote NO a un Acuerdo de Paz que ponía fin a más de 50 años de conflicto. En este último caso, la solución al rechazo popular fue la elaboración de un nuevo acuerdo entre las partes, esta vez aprobado por el Congreso Nacional.
Sin embargo, en el caso del Brexit y del triunfo de Donald Trump, las consecuencias todavía son inciertas, aunque las razones merecen un análisis detenido.
Si bien este espacio no es el apropiado para llegar a una conclusión, podemos preguntarnos ¿Por qué no se vieron venir estos resultados? ¿Porque las encuestas no supieron medir un eventual descontento social, o porque no llegaron a cada rincón de los países? ¿Porque la clase política no supo transmitir determinados mensajes? ¿O porque si bien saben transmitir mensajes, éstos dejaron de ser creíbles, por las razones que fueran? ¿Porque el propio sistema político ha aislado a una clase política del resto de la sociedad, haciendo que ésta mire con suspicacia las propuestas que se formulan desde aquélla? ¿Será porque el pueblo se ha dejado llevar por sus emociones y por la contingencia, impidiendo que puedan ver beneficios de largo plazo en las alternativas que se les proponían?
Sé que las preguntas pueden parecer capciosas, pero no resisto la tentación de pensar que en cada una de ellas pueda haber un elemento para armar un verdadero puzzle democrático a nivel mundial.
