Fernando Orellana Torres Doctor en Derecho, Universidad Católica del Norte. Coordinador Zona Norte ICHDP
A fines de la década del cincuenta del siglo XX era una necesidad imperiosa el contar con una Corte de Apelaciones en la ciudad de Antofagasta. La economía y el crecimiento poblacional traía como consecuencias una mayor prolijidad de conflictos que si bien los juzgados de letras existentes daban solución a ellos, se veían obligadas las partes a recurrir a la Corte de Iquique a más de 400 kilómetros para la revisión de las sentencias. Lo anterior sin lugar a dudas producía una demora en los casos jurisdiccionales que se conocían en esta zona, provocando malestar en las personas que buscaban una solución más rápida de lo que podía el sistema judicial ofrecer en ese momento.
Fue el año 1966 el que se transformó en sinónimo de un sueño cumplido: contar con una Corte de Apelaciones en la ciudad de Antofagasta, era más que el deseo de unos pocos. Se necesitaba construir una nueva realidad de justicia provincial asegurando al ciudadano una justicia “a la mano”.
La realidad de una nueva Corte de Apelaciones para la ciudad de Antofagasta y la provincia fue informada por los diversos medios escritos de comunicación según se puede leer del principal periódico de esa época. En la edición de fecha 25 de enero de 1966 del Mercurio de Antofagasta -cuando ya se tenía conocimiento que la Comisión de Legislación y Justicia del Senado se había pronunciado a favor de la creación de la Corte de Apelaciones para la ciudad de Antofagasta- se informaba del viaje realizado el día anterior por el señor Regidor Horacio Marull, a la ciudad de Santiago, con el objeto de entrevistarse con el Ministro de Justicia del gobierno de don Eduardo Frei Montalva, señor Pedro Jesús Rodríguez, a fin de solicitarle la instalación de la Corte de Apelaciones. Asimismo informaba a la comunidad que el Ministerio de Obras Públicas destinó fondos para ejecutar los trabajos de remodelación del Edificio de Correos y Telégrafos, donde funcionaría el Máximo Tribunal de la Provincia.
Se publicaba en el Diario Oficial del día miércoles 23 de febrero la Ley 16.437, que creaba la Corte de Apelaciones con sede en la ciudad de Antofagasta. Este Tribunal de Alzada se compondría de tres ministros, una secretaria, un relator y un fiscal. Además de un oficial primero, un oficial segundo y dos oficiales de sala. Con este nuevo tribunal se llegaba a un número de 11 Cortes de Apelaciones en el país, y correspondería su territorio jurisdiccional a la “provincia de Antofagasta”. Se indicaba además que sería Tribunal de Alzada del Trabajo, como las Cortes de La Serena y Punta Arenas. Por su parte la subrogación se haría con la Corte más cercana, esto es la de Iquique.
Por su parte dos meses después de aquella noticia de enero, el Mercurio de Antofagasta -día 27 de marzo- informaba que la Corte Suprema, reunida como tribunal pleno el día 20 de marzo, procedía a las designaciones para los cargos de juez del nuevo Tribunal de Alzada de la Región: Los magistrados del nuevo tribunal serán los señores Aldo Gino Guastavino Magaña (proveniente de la Corte de Valdivia), Angel Rafael Garbarini Vallino (de la Corte de La Serena) y Mario Enrique Garrido Montt (de la Corte de Iquique). Además se designó como Relator de la Corte al señor Domigo Yurac Soto (proveniente de la Corte de Valdivia quien detentaba el mismo cargo)
Se guarda en la actual Corte de Apelaciones el libro de sesiones, que da cuenta de las diversas sesiones celebradas por el pleno de la Corte en su primer año de funcionamiento. Son 40 sesiones que se verificaron entre Junio y Diciembre de 1966. Este libro, que está manuscrito, se inicia con el certificado de la Secretaria ad –hoc señora María Luz Hormazábal Marré, el cual indica Certifico: que con esta fecha se abre el presente Libro de Plenos de esta Iltma. Corte de Apelaciones, Antofagasta, 11 de Junio de 1966.-
El primer Pleno de la Corte se iniciaba con la misma fecha indicada, sábado 11 de junio de 1966, siendo las 10:00 horas, y acuerda que la Corte de Apelaciones se constituye solamente para los efectos administrativos y de organización interna del Tribunal, en especial para completar la planta de funcionarios y personal subalterno. Y concluye el Pleno dando fecha cierta a la instalación legal de la Corte de Apelaciones de Antofagasta, para dar cumplimiento a lo ordenado en el artículo primero transitorio, inciso 1º, de la Ley 16.437, fijando el día el jueves 16 de junio de 1966[1] para esta primera instalación, fecha en que comenzará a ejercer la Jurisdicción civil y penal la que ha continuado hasta nuestros días.